AP. ALBERTO GALLO
1Juan 2:7–10.
Siempre que uno piensa en el amor de Dios, piensa en un amor santo, puro, de entrega. Sabemos que Dios no tiene amor, “Dios es amor” en esencia. Por amor estamos aquí, porque Él nos amó, por amor escuchamos la Palabra, por amor envió a su Hijo Jesucristo, por amor te perdonó tus pecados y los míos; pecados pasados, presentes y futuros.
Si sacamos el amor del medio, estamos sacando a Dios del medio. Por eso la Escritura todo el tiempo nos alienta que todo lo que hagamos, lo hagamos de corazón como para el Señor; porque no estamos sirviendo a los hombres, estamos sirviendo a un Dios tres veces Santo: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El amor de Dios lo llena todo, si sientes un vacío en tu vida, necesitas el amor de Dios; si sientes dudas, necesitas el amor de Dios; si tienes celos, necesitas el amor de Dios; si tienes temor, necesitas el amor de Dios; si te sientes solo, necesitas el amor de Dios, si estás confundido, necesitas el amor de Dios; si hay cosas que te disgustan, necesitas el amor de Dios (no ese sentimiento humano, porque la humanidad interpreta mal el amor). La Biblia nos habla de ese amor Ágape, ese amor perfecto, eterno, que no hace daño al prójimo, que lo sufre todo, lo espera todo, lo soporta todo, ese amor que nunca deja de ser.
El mundo conoce el amor sentimental, ese amor que tiene una premisa: “yo te amo y veo que puedo sacar de vos porque me hace bien estar con vos”, pero es importante tomarse un momento para pensar si a la otra persona le hace bien estar con vos. ¿Qué le estoy aportando a la vida de la otra persona? Para que sea mejor persona, que se sienta más completa. Y aún haciendo humanamente todo lo posible, nunca se va a llegar a cubrir la cuota de amor que otro ser humano necesita. Solamente el amor de Dios es el que cubre la cuota perfecta. Por eso si tienes el amor de Dios, entonces podemos decir: “Tenés a Dios”. Muchos dicen tener a Dios, pero no tienen el amor; y enseguida se disgustan, señalan, critican, enseguida empieza a menguar el amor.
Pero aún Cristo cuando estuvo ahí en la cruz del Calvario, cuando lo abandonaron, cuando no pudieron orar una hora al lado de Él en el momento de sufrimiento, se quedaron dormidos; pero nunca menguo el amor del Señor, por sus discípulos; ni siquiera por Judas que le entregó, nunca menguó el amor del Señor!!!
Si tenemos el verdadero amor del Señor jamás podremos menguar nosotros en amar. Cuando veo que estoy menguando en amar, soportar, corregir a otros (con ejemplos no con palabras solamente), puedo decir: Algo del amor de Dios estoy usando!!! Algo de lo que Dios compartió en mi vida estoy compartiendo. El amor de Dios es desde el principio. Porque Dios el Creador de todas las cosas, es amor, todo lo hizo y lo hace por amor.
Si sacamos el amor verdadero de nuestras vidas, estamos dejando a Dios de lado. Por eso el mundo no tiene el amor verdadero, tiene el amor erótico, y como mucho puede tener el amor filial que se aman los más conocidos, la familia, pero el amor de Dios sobrepasa todo entendimiento.
Debemos comprender lo que es el amor (y no pasarlo por la mente, porque es imposible, o entender el amor de Dios con una mente tan finita), que se experimenta cuando el amor de Dios viene sobre tu vida. Y al tener ese amor, voy a poder amar al prójimo, aproximarse un poco a lo que Dios hizo, dándome en sacrificio por los demás.
Los apóstoles fueron ejemplos de ese amor: fueron azotados pero no guardaron rencor, fueron injustamente presos y no guardaron rencor; el amor de Dios que estaba en ellos hizo que Pablo y Silas cantaran en la cárcel, hizo que las cadenas se rompieran, que las puertas se abrieran y que todos los que estaban alrededor escucharan, y quedaran libres. Incluso aquél que tenía la orden de cuidarlos y tenerlos presos, también quedó libre él con toda su familia (Hechos: 16: 31).
¡Qué tremendo es el amor de Dios! pero no se puede entender, no se puede comprender con una mente racional, sino que tiene que ser con una mente espiritual. ¡Creerle a Dios!
Cuando en sus últimos momentos antes de ascender, el Señor se acercó a los discípulos (Mateo: 28), Les dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra…..” Por eso si tienen ganas, si les sobra el tiempo, si les parece, y creen que la persona es digna, vayan y prediquen el evangelio…“No dice así la Escritura”.
Es una orden del Señor… “porque yo hice eso por ustedes, porque tengo todo poder y toda autoridad, y ustedes (que son mi cuerpo, mi Iglesia representativa aquí en la tierra) vayan y discipulen a las naciones”.
Habla de Cristo a tiempo y fuera de tiempo; y cuando no puedas hablar, muestra de Cristo a través del amor.
Al comienzo de este año Dios nos habló de conexión, tenemos que conectarnos con Él. Cuando uno está conectado con Dios dice que aún a sus enemigos hace estar en paz con ellos; y se levantarán mil contra ti, pero delante de ti caerán. Habrá mil problemas que enfrentar, mil cosas que no comprendemos; y caminamos por fe (no por lo que sentimos, ni por lo que vemos), por lo que creemos.
Necesitamos que los que nos rodean disfruten del amor de Dios que está derramado en nuestro corazón, y para eso es importante estar conectados con Dios!!!
Por eso necesitas permitir que el amor de Dios cubra todo tu ser hoy; que lo llene todo. El amor de Dios te hace sentir satisfecho aunque estés solo en el campo, aunque no tengas nada para comer; el amor de Dios lo llena todo (Mateo 7:11). Muchas veces nuestro Padre celestial nos pone en situaciones límites porque nosotros nos ponemos límites; y Él dice: hijo, yo te entrego la capacidad para que puedas ir por más, para que puedas avanzar, y demostrarle a otros que conmigo todo lo puedes. Es cuando ya no podemos más que nos rendimos en los brazos del Señor. Vemos que las cosas suceden, que todo empieza a cambiar, y lo que es imposible Dios lo transforma en posible, porque mi Dios todo lo puede.
Declare la verdad de Él, no la mentira de satanás, ni la mentira de su situación o su circunstancia. Y comparta del amor que Él derrama sobre su vida. Dios quiere que ese amor sea compartido a toda la humanidad, no es para retenerlo y sentirse satisfecho uno mismo.
Usted tiene un tiempo cronológico de vida desde que nació hasta que muera; y muchas veces ese tiempo cronológico de vida que tenemos, quiere verse interrumpido por el tiempo del Señor, el tiempo específico del Señor: el tiempo KAIROS de Dios. Es importante entrar en el tiempo kairos de Dios; es donde Él tiene algo preparado para nosotros. Dónde quiere soltar las bendiciones que ya tiene reservadas para usted y para mí.
Hay veces que se pasan los tiempos kairos de Dios, cuando Dios quiere darnos algo sobrenatural, cuando sucede algo de repente y no estábamos preparados.
Hoy estamos viviendo el tiempo cronológico de vida, sin saber cuántos años más tendremos en la tierra; pero el tiempo que nos reste vivir propongamos no perder nunca más un tiempo kairos de Dios.
Ese tiempo KAIROS es eso que viene de repente, eso que no esperabas. Donde uno tenía planificada la vida y de golpe se te descompaginó todo. Y Dios te dice: entraste en mi tiempo kairos, en mi tiempo específico. Él te saca de tu zona cómoda; no porque te quiero poner incómodo, sino porque quiere que aprendas a vivir en el Espíritu, para que aprendas que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna cosa creada, te van a poder separa de mi amor.
Hoy es un día muy importante para muchos de ustedes, porque Dios está sacando de zonas de comodidad o ya nos ha sacado; para abrirse el tiempo KAIROS, y ahí necesitamos comunión con el Señor, pasar más tiempo callados , y diciéndole Señor: “Habla que tu siervo oye”.
El que está conectado a la fuente de vida en lugar de desgastarse, se va renovando de día en día, y habla de Cristo, a tiempo y fuera de tiempo.
Oración: Señor estamos delante de tu presencia. Sólo tu amor lo cambiaría todo en nuestras vidas. Perdónanos aquellos tiempos o momentos que hemos descuidado ese perfecto y santo amor.
Como dice tu Palabra, ayúdanos a volver al primer amor, ese amor donde todo estaba hermoso, donde no criticábamos a nadie. Donde las circunstancias que nos tocaban vivir simplemente lo sentíamos como un desafío para ver tu mano, obrar milagros y maravillas. Dónde hablábamos ese evangelio puro y sencillo, y nuestra única pasión era congregarnos, leer la Palabra, ganar almas para el Reino. Aún en las luchas y en las pruebas, nunca nos hemos quedado en nuestra casa, porque sabíamos que en casa no estaba la solución, estaba en tu presencia la solución.
Señor mira la iglesia de este tiempo y ayúdanos a todos a volver al primer amor, a volver a esa pasión por las almas que van sin salvación, a volver a ese servicio.
Y como fue la oración de Moisés: Señor si tu presencia no va conmigo, no me saques de aquí. Y el Señor le dijo: Mi presencia irá contigo.
Reciba esta Palabra hoy: El Señor le dice: Mi presencia irá contigo y te daré descanso en tu mente, en tu corazón, podrás ir por valles de sombra y de muerte, pero no temas porque yo estoy contigo. Deja que mi amor te inunde, que lo llene todo, que serene tu tormenta, que mi amor te abra los ojos del entendimiento, que ponga palabras correctas en tus labios; y a través de mi amor todos puedan ver que Yo habito en ti, y que tú eres mi hijo.