Esta morada que tenemos y éste cuerpo es temporal y frágil, aunque es una máquina perfecta que Dios ha creado. Tenemos que aprender a depender del poder y la presencia de Dios en nuestras vidas por sobre todas las cosas y estar preparados para cuando Él nos llame a su presencia.
Pero mientras estamos en este cuerpo frágil no nos podemos detener .Debemos crecer, avanzar y conquistar , cediendo en el amor de Dios que conquista nuestra corazón para poder ser templo del Espíritu Santo de Dios.