BASE BÍBLICA: Jeremías 15:19-21.
Convertir es cambiar una cosa por otra distinta.
Si nos convertimos a Dios, y entresacamos de nuestra humanidad lo precioso de lo vil,
dejando de lado las escusas, Dios va a marcar la diferencia en nuestras vidas, y de esa
forma marcaremos la diferencia en la sociedad.
El proceso de conversión es un proceso diario, no es fácil, pero tenemos una ventaja: el
Espíritu Santo está en nosotros.
El desierto podrá ver nuestras huellas pero jamás verá nuestros huesos; por eso
caminemos por el desierto porque aquellas cosas que todavía nos molestan y nos
confrontan van a ser convertidas por el Espíritu Santo de Dios.